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gira IA Cuba

Un equipo de nueve especialistas de la Universidad de La Habana se embarcó el 10 de agosto en un recorrido sin precedentes por el oriente y centro del país. Su misión: sembrar la semilla del conocimiento sobre Inteligencia Artificial (IA) en cada provincia visitada, adaptándose a las necesidades locales y despertando un entusiasmo que ha superado todas las expectativas. Esta es la crónica de su viaje.

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La gira nacional del Grupo de Inteligencia Artificial de la Universidad de La Habana, conformado por profesores de la facultad de Matemática y Computación, una iniciativa impulsada por la Unión de Informáticos de Cuba (UIC) con el apoyo de entidades como la Unión de Juristas, ETECSA, XETID y CIMEX, tuvo su punto de partida en la provincia más oriental del país. El equipo, compuesto por tres profesores titulares y seis instructores, llegó con un objetivo claro: desmitificar la IA y hacerla accesible para todos.

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Las Tunas: Un Polo de Atracción para el Conocimiento

La siguiente parada, Las Tunas, confirmó una tendencia que ya se vislumbraba: el impacto de la gira trascendía las fronteras provinciales. La «capital de la escultura cubana» se convirtió en un epicentro regional para el aprendizaje sobre inteligencia artificial, atrayendo a profesionales de territorios vecinos.

15 de agosto: La expectación en Las Tunas fue tal que, una vez más, el equipo tuvo que duplicar las conferencias introductorias para dar cabida a los 91 asistentes registrados en las dos sesiones. La presencia de directivos del Partido y el Gobierno, al igual que en Santiago, subrayó el respaldo institucional y el interés estratégico que la IA está generando en los territorios.

La tarde de entrenamiento se adaptó a la realidad local. Ante un perfil de asistentes predominantemente no técnico, se decidió concentrar los esfuerzos en dos grandes talleres: uno para expertos (40 participantes) y otro para no expertos (48). Este último grupo destacó por su diversidad, ya que estaba compuesto en gran parte por personal de la corporación CIMEX que se había desplazado desde Camagüey, Holguín, Granma y la propia Las Tunas. Este fenómeno demostró el enorme poder de convocatoria del evento y la necesidad latente de formación en el sector empresarial de toda la región. La capacidad del equipo para ajustar su programa sobre la marcha fue clave para maximizar el impacto, dejando una estela de conocimiento y motivación a su paso.

 

Rumbo al Centro: Expectativas desde Sancti Spíritus

Tras una breve pero estratégica parada en Camagüey para reunirse con directivos de la Unión de Informáticos de Cuba, el equipo llegó a Sancti Spíritus, marcando el ecuador de su exhaustiva gira. Desde aquí, con la vista puesta en Cienfuegos como última parada antes de regresar a La Habana, el balance es abrumadoramente positivo.

18 de agosto: La gira alcanzó un nuevo punto álgido en términos de participación e intensidad. La acogida superó todas las previsiones, convirtiéndose en la jornada más concurrida hasta ese momento con 180 participantes, incluyendo profesionales de la vecina Ciego de Ávila. La demanda obligó a una movilización total del equipo, destacando el profundo interés técnico del sector de los desarrolladores, quienes protagonizaron las sesiones más extensas.

Cienfuegos: Un Cierre de Oro con Participación Histórica

20 de agosto: La gira llegó a su última parada, Cienfuegos, y lo hizo rompiendo todos los récords anteriores en una jornada final memorable. La «Perla del Sur» despidió la iniciativa con una participación histórica: 195 personas asistieron solo a las conferencias, la cifra más alta de todo el recorrido.

El despliegue logístico estuvo a la altura de la expectación. El equipo se dividió para cubrir dos sedes de gran relevancia: el Gobierno Provincial y la Refinería de Cienfuegos. En total, se impartieron cuatro conferencias y cuatro entrenamientos simultáneos para gestionar la masiva afluencia.

Los talleres de capacitación también tuvieron una acogida excepcional, sumando a 115 personas más. En una de las sedes se formaron 18 desarrolladores y 45 no expertos, mientras que en la otra lo hicieron 12 desarrolladores y 40 no expertos. Este cierre consolidó el éxito de la gira, dejando una estela de entusiasmo y colaboración antes del merecido regreso a La Habana.

Balance y Perspectivas

El viaje ha sido un testimonio del «hambre» de conocimiento sobre este tema que existe en el país. La acogida, descrita como «maravillosa» por los propios profesores, se ha traducido en salas llenas, apoyo incondicional de las autoridades locales y, lo más importante, un palpable deseo de los asistentes de «hacer cosas». La gira ha funcionado como un catalizador, conectando a profesionales y generando un entusiasmo colectivo por los proyectos colaborativos, especialmente en torno a CecilIA. La posibilidad de que cada territorio aporte su identidad a este modelo de lenguaje ha sido una de las ideas mejor recibidas.

El éxito logístico y académico se debe a la cohesión de un equipo de nueve personas capaz de dividirse y ofrecer múltiples entrenamientos simultáneos, adaptándose a las necesidades de cada lugar. Aunque el ritmo fue intenso, la energía que recibieron del público fue el motor que los impulsó hacia la recta final. La gira no solo transfirió conocimiento, sino que contribuyó a tejer una red nacional de innovación desde la base.