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¿Qué enseñanzas viene dejando el Sistema de Gestión de Gobierno basado en Ciencia e Innovación (SGGCI) a casi dos años de su prueba de fuego en el enfrentamiento a la COVID-19? ¿Cómo está siendo su proceso de extensión a otros sectores de la economía y la sociedad cubanas? ¿Qué oportunidades y retos le impone esta dinámica a la Educación Superior? Estas y otras preguntas guiaron el debate durante la primera fecha de la Jornada Científica del Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior (CEPES-UH), celebrada este jueves 26 de enero en la Sala 1 del Centro de Convenciones Varona de nuestra universidad.

La chispa del debate fue encendida por la conferencia “El papel de la universidad en el sistema de innovación”, a cargo del Dr. C. Jorge Núñez Jover. Según el miembro del Consejo Nacional de Innovación, a partir de las experiencias obtenidas en el enfrentamiento exitoso a la pandemia, ahora se busca extender ese sistema de trabajo a otros sectores de la economía. No obstante, se están presentando nuevos retos con respecto a lo experimentado en el sector biotecnológico. Por solo mencionar uno, se ha observado una gran desconexión entre las entidades generadoras de conocimiento y tecnologías y aquellas entregadas a la producción de bienes y servicios.

También se mencionaron las desconexiones entre distintos sectores, en un escenario donde las soluciones necesitan del concurso colectivo. Estructuras como el propio Consejo Nacional de Innovación, y la organización en macroprogramas, programas y proyectos del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2030; buscan salvar esas diferencias al sentar a todos los implicados (ministerios, empresas, centros de investigación, universidades, sociedad civil) en la misma mesa y bajo un mismo liderazgo.

La idea, comentó Jorge Núñez, es agilizar los procesos e intentar, en la medida de lo posible, eliminar las trabas en el momento en que se identifican. Así se busca que el conocimiento que se genera en universidades y centros de investigación se “encuentre con la vida”. Esta concepción no es, ni mucho menos, privativa de nuestro país. De hecho, está asentada en numerosas experiencias internacionales que muestran que la innovación no es un asunto que concierne solamente a la investigación científica. Los principales teóricos apuntan que, para alcanzar sistemas de innovación efectivos, la capacitación constante de trabajadores y directivos es crucial.

Precisamente en la línea de la creación de capacidades, en especial aquellas referidas a la gestión de la innovación, podemos hallar otro de los retos de la implementación del SGGCI. Además de la propia actividad de investigación y desarrollo, el extensionismo y el asesoramiento a las políticas públicas, la creación de capacidades en los diversos actores a los distintos niveles es una de las tareas fundamentales que la educación superior puede cumplir en apoyo a que la innovación sea una fuerza cada vez más transformadora de nuestra sociedad. Pero es interesante también discutir sobre las necesidades de formación de los propios profesionales de la educación superior.

En un segundo momento del día se exploraron estos temas cuando, de la mano del Dr. C. Eduardo Ávila Romero, funcionario del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los presentes debatieron sobre la gestión de proyectos. Para Ávila Romero, existen muchas reservas de financiamiento, en especial de carácter nacional, para la actividad científica que no están siendo debidamente aprovechadas. Entre ellas describió las relacionadas a proyectos con contribución al desarrollo local. Los organismos internacionales, dijo, también han girado su foco hacia ello, por lo que se hace necesario que la Educación Superior continúe respondiendo a ese llamado.

Los presentes debatieron sobre las complejidades que entraña un entramado institucional tan diverso y nutrido como el de la capital del país, a la vez que identificaron que dentro del gremio de profesores e investigadores existen vacíos de formación en la gestión de proyectos. Fue de consenso general que este grupo de capacidades son primordiales para hacer un mejor uso de las oportunidades de financiamientos existentes y para transitar a ese modelo de profesional de la ciencia más versátil que el desarrollo del país demanda.

Pero es también un momento de muchas oportunidades. Así lo destacó en las palabras de cierre el Dr. C. Amauris Laurencio Leyva, Director del CEPES-UH. El claustro del centro se encuentra en una posición privilegiada para poder incidir en esa transformación de la educación superior cubana, para que sea una fuerza mucho mayor que impulse el desarrollo nacional. Antes de la despedida, se identificaron espacios de trabajo, posibles líneas de investigación, proyectos y acciones futuras de capacitación para que el CEPES-UH continúe estando a la altura de la Universidad de La Habana, del Ministerio de Educación Superior y del país.

La Jornada Científica cierra este viernes 27 de enero con la conferencia “La gestión de Servicios Académicos de la Universidad de La Habana”, a cargo de la Dra.C. Marién Lledó Arias. También se discutirán los resultados del Programa Sectorial de Ciencia, Tecnología e Innovación del MES “Educación Superior y Desarrollo Sostenible”, en el cual el CEPES-UH juega un papel importante.